El reino hitita abarcó desde el siglo XVIII hasta el XII a. C., pasando por etapas de gran poder y de relativa decadencia. La historia del reino hitita se divide en tres grandes periodos: el Reino Antiguo (1650-1500 a. C.) o primera expansión, el Reino Medio (1500-1430 a. C.), etapa de relativa decadencia, y el Reino Nuevo, donde alcanza su mayor poderío.
Los reyes hititas creían ser descendientes de Anitta, caudillo del siglo XIX aC en Asia Menor. Durante el siglo XVII a. C., el reino vive su primera gran expansión con Hattusil I, llegando a saquear en el siglo XVI a. C. Babilonia bajo Mursil I. Sin embargo, tras Mursil I hubo una serie de reyes poco documentados hasta que Telepinu intenta restaurar la gloria del imperio mediante la codificación de algunas leyes básicas. Sin embargo, tras Telepinu, el reino hitita, ahora en etapa media, cae de nuevo en manos de las intrigas dinásticas, sucediéndose, durante casi un siglo, reyes de los que se sabe muy poco, mientras el reino de Mitani aumentaba su poder.
Tudhalia I sentó las bases del reino nuevo, al restaurar parte de la gloria del reino antiguo. Su nieto Tudhalia II logró consolidar el poder hitita en Asia Menor, permitiendo a Shubiluliuma I realizar grandes conquistas y convertir a Mitani en vasallo. Estas grandes conquistas, sin embargo, enfrentaron durante el reinado de Muwatallis II a los hititas con los egipcios durante el reinado de Ramsés II en la Batalla de Kadesh, enfrentamiento del que los hititas salieron mejor parados, pero que permitió a Asiria recuperar su poder. Los siguientes reyes hititas intentaron oponerse a los asirios, hasta que Tudhalia IV fue derrotado en Nihriya. Sin embargo, Tudhalia IV compensó esta derrota llevando al imperio a su máxima extensión.
Shubiluliuma II, hijo de Tudhalia IV, se vio sorprendido por los ataques de los pueblos del mar, que no supo repeler, y que, junto a nuevas invasiones de los bárbaros kaska, hicieron desaparecer al imperio hitita de la historia.
Los reyes hititas creían ser descendientes de Anitta, caudillo del siglo XIX aC en Asia Menor. Durante el siglo XVII a. C., el reino vive su primera gran expansión con Hattusil I, llegando a saquear en el siglo XVI a. C. Babilonia bajo Mursil I. Sin embargo, tras Mursil I hubo una serie de reyes poco documentados hasta que Telepinu intenta restaurar la gloria del imperio mediante la codificación de algunas leyes básicas. Sin embargo, tras Telepinu, el reino hitita, ahora en etapa media, cae de nuevo en manos de las intrigas dinásticas, sucediéndose, durante casi un siglo, reyes de los que se sabe muy poco, mientras el reino de Mitani aumentaba su poder.
Tudhalia I sentó las bases del reino nuevo, al restaurar parte de la gloria del reino antiguo. Su nieto Tudhalia II logró consolidar el poder hitita en Asia Menor, permitiendo a Shubiluliuma I realizar grandes conquistas y convertir a Mitani en vasallo. Estas grandes conquistas, sin embargo, enfrentaron durante el reinado de Muwatallis II a los hititas con los egipcios durante el reinado de Ramsés II en la Batalla de Kadesh, enfrentamiento del que los hititas salieron mejor parados, pero que permitió a Asiria recuperar su poder. Los siguientes reyes hititas intentaron oponerse a los asirios, hasta que Tudhalia IV fue derrotado en Nihriya. Sin embargo, Tudhalia IV compensó esta derrota llevando al imperio a su máxima extensión.
Shubiluliuma II, hijo de Tudhalia IV, se vio sorprendido por los ataques de los pueblos del mar, que no supo repeler, y que, junto a nuevas invasiones de los bárbaros kaska, hicieron desaparecer al imperio hitita de la historia.
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