Organizaron un gran ejército compuesto por infantería y caballería. Fue el primer ejército que se conoce que utilizara armas de hierro.
La infantería estaba integrada por arqueros y piqueros que vestían protegiendo el cuerpo con una coraza hecha con trozos de cuero; la cabeza estaba defendida por un casco o yelmo de metal coronado por una cimera (se llama así a la cima del yelmo, generalmente adornada de plumas u otros ornamentos). El escudo era redondo. Empleaban como armas un arco curvado, flechas cortas, lanza y espada también corta.
La caballería contaba con unos caballos de poca alzada y cola ancha. No usaban estribo, ni silla, aunque a veces ponían una alfombra especial sobre el animal.
Los guerreros más ricos peleaban sobre un carro de guerra de 2 ruedas, tirado por 2 o 3 caballos que iban ricamente jaezados. El carro era muy ligero y estaba cerrado por delante.
La infantería estaba integrada por arqueros y piqueros que vestían protegiendo el cuerpo con una coraza hecha con trozos de cuero; la cabeza estaba defendida por un casco o yelmo de metal coronado por una cimera (se llama así a la cima del yelmo, generalmente adornada de plumas u otros ornamentos). El escudo era redondo. Empleaban como armas un arco curvado, flechas cortas, lanza y espada también corta.
La caballería contaba con unos caballos de poca alzada y cola ancha. No usaban estribo, ni silla, aunque a veces ponían una alfombra especial sobre el animal.
Los guerreros más ricos peleaban sobre un carro de guerra de 2 ruedas, tirado por 2 o 3 caballos que iban ricamente jaezados. El carro era muy ligero y estaba cerrado por delante.
Rodeaban el campamento militar con un muro construido con tierra. Dentro del muro alzaban las tiendas de tela sostenidas por un palo. Se saben todos estos detalles y más gracias a los bajorrelieves encontrados, en que se pueden ver escenas cotidianas: los soldados dentro de sus tiendas, un soldado preparándose la cama y otro que coloca objetos sobre una mesa.
Empleaban también algunas máquinas de guerra como el ariete, que consistía en una viga gruesa que terminaba en una figura de cabeza de monstruo. Se le daba un movimiento de vaivén para que la cabeza diese contra el pie de la muralla con el fin de abrir una brecha. Otra máquina era la torre cuadrada, hecha de madera y muy alta para poder dominar la cerca enemiga; los guerreros se trasladaban dentro de este artefacto, que se deslizaba sobre una plataforma con ruedas. Abrían galerías subterráneas que llegaban hasta los muros defensivos y trincheras que situaban frente a la fortaleza.
Las expediciones guerreras se llevaban a cabo cada año por primavera con el rey al frente. La expedición consistía en la invasión de un pequeño reino al mismo tiempo que se procedía a talar el campo. Se cortaban las cabezas a los muertos y se tomaban prisioneros que eran encadenados para llevarlos consigo como esclavos o nuevos súbditos, la crueldad que hicieron gala los asirios estuvo presente desde sus inicios, solo hay que ver su codigo de leyes, mucho más duro que el de Babilonia o el de los Hititas. Pero cuando tuvieron la oportunidad de poder ejercerlo sobre otros territorios mediante el ejercito fueron más duros todavía. Entre estos prisioneros siempre había obreros y mujeres. Antes del regreso despojaban la ciudad atacada y le prendían fuego. Después regresaban con un buen botín de guerra que era distribuido entre los soldados.
Este gran ejército contribuyó a que entre los años 1318 a. C. y 1050 a. C., el Imperio Asirio se convirtiera en el primer gran imperio militar de Mesopotamia. Con su gran profesionalidad consiguieron llegar hasta el lago Van en Armenia y por el oeste hasta el mar Mediterráneo. El gran imperio finalizó con la muerte de Tiglatpileser I (1116 a. C.-1077 a. C.).
Empleaban también algunas máquinas de guerra como el ariete, que consistía en una viga gruesa que terminaba en una figura de cabeza de monstruo. Se le daba un movimiento de vaivén para que la cabeza diese contra el pie de la muralla con el fin de abrir una brecha. Otra máquina era la torre cuadrada, hecha de madera y muy alta para poder dominar la cerca enemiga; los guerreros se trasladaban dentro de este artefacto, que se deslizaba sobre una plataforma con ruedas. Abrían galerías subterráneas que llegaban hasta los muros defensivos y trincheras que situaban frente a la fortaleza.
Las expediciones guerreras se llevaban a cabo cada año por primavera con el rey al frente. La expedición consistía en la invasión de un pequeño reino al mismo tiempo que se procedía a talar el campo. Se cortaban las cabezas a los muertos y se tomaban prisioneros que eran encadenados para llevarlos consigo como esclavos o nuevos súbditos, la crueldad que hicieron gala los asirios estuvo presente desde sus inicios, solo hay que ver su codigo de leyes, mucho más duro que el de Babilonia o el de los Hititas. Pero cuando tuvieron la oportunidad de poder ejercerlo sobre otros territorios mediante el ejercito fueron más duros todavía. Entre estos prisioneros siempre había obreros y mujeres. Antes del regreso despojaban la ciudad atacada y le prendían fuego. Después regresaban con un buen botín de guerra que era distribuido entre los soldados.
Este gran ejército contribuyó a que entre los años 1318 a. C. y 1050 a. C., el Imperio Asirio se convirtiera en el primer gran imperio militar de Mesopotamia. Con su gran profesionalidad consiguieron llegar hasta el lago Van en Armenia y por el oeste hasta el mar Mediterráneo. El gran imperio finalizó con la muerte de Tiglatpileser I (1116 a. C.-1077 a. C.).
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